Remesas: la OIM reporta nuevos usos

En Guatemala 6.5 millones de hogares se benefician de las remesas familiares y cuatro de cada US$10 que se captan por ese concepto, se destinan para el consumo en las familias, según la actualización de un informe que elaboró la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Ese dato es solamente uno de todos los derivados del comportamiento de las divisas que ingresan al país por transferencias familiares que envían los connacionales que viven en el extranjero y especialmente, en Estados Unidos. Para actualizar esta información (la más reciente era del 2016), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), llevó a cabo la Encuesta Sobre Migración Internacional de Personas Guatemaltecas y Remesas 2022, en la que salieron a luz los nuevos usos y destinos de estos fondos, cantidad de remitentes y beneficiarios, y muchos más. “Los principales hallazgos están en el aumento del volumen, que se ha duplicado del 2016 a la fecha, su participación en el producto interno bruto (PIB) por el lado del gasto, que está en 19%, así como el uso de tecnología, como la telefonía móvil que se necesita para comunicarse”, declaró Sonia Pellecer, coordinadora del estudio. Un aporte de la encuesta es la evolución sobre el uso y destino que les dan los beneficiarios a estos ingresos, “porque llegan de forma directa a los hogares y por lo regular se usan para atender necesidades básicas como alimentación, salud, pago de servicios, educación y vestuario”. El estudio indica que, aunque hay usos diversos por el aumento de las necesidades, gustos y prioridades de las familias beneficiarias, se clasifican en: consumo, consumo intermedio (para negocios), inversión y ahorro, de lo cual también se hace un desglose. En la investigación del 2022 se pudo determinar que el principal uso que se da a las remesas es el consumo (43.8%); inversión y ahorro (29.3%); consumo intermedio (14.6%); e inversión social (12.3%), que corresponde a educación y salud. En el 2016, el 35% se reservaba para el consumo; 49.8% para inversión y ahorro; 7.2% a consumo intermedio; y 8% a inversión social. (Prensa Libre 27.06.23)

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