Ciudades industriales esperan que aranceles generen empleos

En el corazón de la región metalúrgica de Estados Unidos hay amplio respaldo por las tarifas que el presidente Donald Trump impuso a las importaciones de acero y aluminio. Las ilusiones con esa medida, no obstante, se ven atenuadas por una dosis de realismo. Se espera que los aranceles hagan subir los precios del acero y el aluminio estadounidenses. Ello ayudará a los productores nacionales y creará seguramente cientos de empleos nuevos en la industria metalúrgica. Pero las tarifas no harán que Estados Unidos vuelva a producir lo que produjo en su mejor momento, en la década de 1970. Eso lo saben trabajadores de sitios como Canonsburg, Pensilvania, ubicado a 36 kilómetros (20millas) al sudoeste de Pittsburgh. Los residentes de Canonsburg se sienten orgullosos de su pasado. El carbón y el acero fueron dos motores de la economía regional, pero muchas fábricas cerraron en los últimos años. (LH 17.03.18)

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