Moody’s prevé una desaceleración del crecimiento del G-20, con recesiones suaves en EUA, Reino Unido y Alemania

La economía mundial frenará su ritmo de expansión en la segunda mitad del año como consecuencia del impacto de las condiciones de financiación más restrictivas por la subida de los tipos de interés y el efecto de las recientes turbulencias financieras, según la agencia Moody’s, que anticipa incluso «recesiones suaves» para Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, además de señalar la incertidumbre en torno a la recuperación de China. «A medida que los tipos de interés de los bancos centrales se acercan a sus máximos para este ciclo en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes, los costes de endeudamiento más altos y los préstamos más estrictos ahora están impregnando las condiciones crediticias y frenando la inversión, el consumo y el empleo», señala Moody’s, advirtiendo de que esto «conducirá a un cambio a la baja en la actividad económica en la segunda mitad del año». A pesar del empeoramiento de las condiciones anticipado, la agencia destaca que las principales economías del G-20 han demostrado hasta ahora ser resistentes al ciclo de ajuste gracias a la recuperación en curso tras la pandemia y al reequilibrio de la demanda y la oferta en el mercado laboral y de bienes, así como por la diferente sensibilidad a las subidas de los tipos de interés entre sectores. De tal manera, las actividades de servicios como los viajes, el turismo y el entretenimiento continúan beneficiándose de la reapertura y la normalización, mientras que el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia también ha permitido a los hogares mantener el consumo a pesar de la erosión del poder adquisitivo por la inflación. Sin embargo, Moody’s espera que el lastre de unas condiciones financieras más estrictas continúe creciendo y eventualmente se amplíe al sector de servicios, debilitando el crecimiento económico general, que podría incluso caer más aún si los bancos centrales se ven obligados a endurecer aún más la política para controlar la inflación. En este sentido, destaca que los precios más bajos de los alimentos y la energía y los efectos base han aliviado la inflación general al tiempo que la tasa subyacente comienza a estabilizarse, lo que indica que los efectos de segunda ronda están comenzando a desvanecerse, lo que implica a su vez una buena noticia para los bancos centrales. No obstante, la inflación general y la subyacente se mantienen muy por encima de los rangos objetivos en varias de las principales economías avanzadas y de mercados emergentes, por lo que Moody’s prevé que los bancos centrales mantengan una postura de política monetaria restrictiva hasta 2024. (eleconomista.net 01.06.23)

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