Ritmo de inflación, el alza por presión interna y externa

Durante los dos primeros meses del año se ha experimentado un incremento en el ritmo inflacionario que podría obedecer, entre varios efectos, a choques de oferta en las divisiones de alimentos y transporte –que, según la banca central, son de carácter temporal– y a lo que los economistas llaman un “efecto aritmético”. Puntualmente, el ritmo al que crece la inflación en diciembre de 2020 fue de 4.82%, en enero, de 5.24% y en febrero de 6%, pero la trayectoria que observan los cuerpos técnicos del Banco de Guatemala es hacia la baja y, al final del ejercicio, el indicador se ubicaría en 4.50%, dentro de la meta macroeconómica. Al descomponer la inflación, las autoridades expusieron que choques asociados al covid-19 –sobre todo de las restricciones de la movilidad, el aumento a las tarifas del transporte derivado el aforo permitido en las unidades con 50%, entre otros– tuvieron un peso en el comportamiento del indicador. Mientras los efectos de las tormentas Eta e Iota se diluyeron, los choques estacionales de ciertos productos de temporada tuvieron un peso de 1.88% en el ritmo inflacionario. Esto quiere decir que algunas verduras, legumbres y frutas, por efecto de ciclo estacional, tienden a escasear en algunos meses y aumentar en otros. Según Sergio Recinos, presidente del Banguat, al eliminar el choque por covid-19 (1.41%), y el choque estacional (1.88%), la inflación en enero sería de 2.71%, el límite inferior a la meta. (Prensa Libre 26.03.21)

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