En el 2023 se requerirá mucho más que resiliencia
“Una característica que ha descrito a Guatemala durante los últimos años es la resiliencia. Esta es una condición muy deseable cuando las condiciones externas son desfavorables, pero no es suficiente cuando estas son normales. Es decir, es importante que la dinámica propia no solo nos mantenga a flote, sino que a pesar de la adversidad internacional, nos catapulte más allá de lo que usualmente crecemos”. Esa fue una de las principales conclusiones de David Casasola, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), en el contexto del webinar “Perspectivas económicas 2023: Rutas posibles para Guatemala”, transmitido por Prensa Libre la semana pasada, exclusivo para suscriptores, con el apoyo de Banco Industrial (BI), en el que también participó el ministro de Economía, Janio Rosales. Durante la presentación, Rosales dijo que para 2023, las previsiones son que la economía nacional registre un crecimiento de entre 3.5% y 4.5%, en un escenario de eventual contracción de la economía mundial, la inflación y una reducción de la actividad económica de Estados Unidos. “Crecer alrededor del 4% ya está en los parámetros normales, sin embargo, si lo comparamos a nivel centroamericana y latinoamericano, estaríamos creciendo casi el triple. Con relación a economías pujantes en años anteriores como Chile, Argentina y Brasil, que van a sufrir una contracción, el mensaje es muy positivo en el sentido de la fortaleza y la resiliencia de la economía del país”, enfatizó. Según el funcionario, se esperaría que la inflación retorne a un nivel de 5% para el próximo año y que las remesas, como un pilar fundamental en la economía, alcance en 2023 los US$18 mil 645 millones. Asimismo, refirió que se prevén US$21 mil millones en reservas monetarias internacionales, y una recaudación de US$10 mil millones por arriba de la meta, para lograr un déficit fiscal del 1.6% del producto interno bruto (PIB). (Prensa Libre 12.12.22)
