El Salvador vuelve a estar en las ligas «B»
El Salvador ostentó en algún momento de su historia reciente la categoría crediticia de Grado de Inversión, pero las cosas no marcharon como las calificadoras esperaban y la tendencia de la deuda, y sin planes para encausarla hizo que fuera perdiendo su calificación. Antes de la pandemia, El Salvador tenía una B- de parte de Fitch Ratings, una B3 de parte de Moody’s y B- de parte de S&P Global. En ese momento eran las notas más bajas de los países centroamericanos. Este año inició de nuevo en esos niveles, pero en el ínterin el país estuvo entre las escalas más bajas de las calificaciones crediticias, llegando al Caa3. En ese mismo periodo llegó la pandemia, un fuerte endeudamiento, la legalización del bitcóin, unas maniobras financieras de recompras para que los pagos de la deuda e intereses no fueran tan a menudo y antes de cerrar 2024 el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En 2021 la primera calificadora que empezó a bajar la nota crediticia de El Salvador fue Moody’s que la llevó al Caa1 es decir una calificación con alta probabilidad de impago. Esta implica que una emisión con esta nota es “especulativa con mala reputación y está sujeta a un riesgo crediticio muy alto”. “La perspectiva negativa de la calificación Caa1 refleja la opinión de Moody’s de que la posición fiscal sigue siendo vulnerable y susceptible a shocks de financiamiento que podrían poner en peligro la capacidad de pago” del país, rezaba el reporte. Y en ese momento la calificadora recalcaba que cada vez había menos alternativas de financiamiento y que había “incertidumbre” sobre la posibilidad de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). (eleconomista.net 03.02.25)