Qué impacto tiene en América Latina el nuevo impuesto a las remesas aprobado en EUA
Para centenares de miles de familias en América Latina, el dinero que envían los migrantes significa el pan de cada día en sus casas. Ocho de cada 10 migrantes latinoamericanos, según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), envían dinero para pagar comida, vivienda y transporte de sus seres queridos en su país de origen. Pero también se hacen cargo de gastos mayores en el corto y largo plazo, como complicaciones médicas o la educación de sus hijos. El principal origen de las remesas en la región latinoamericana -que en 2024 sumaron unos US$160,000 millones- proceden del país que acaba de aprobar un impuesto de 1% a los envíos que se hagan en efectivo: Estados Unidos. Aunque este nuevo impuesto se redujo significativamente durante las negociaciones para su aprobación en el Congreso de EUA -desde el 5% planteado en un inicio- y a que ahora se aplicará solamente en los pagos en efectivo -y no a todo tipo de envíos como se preveía originalmente-, el hecho de que por cada US$1,000 que envíen los migrantes, US$10 se destinen a este impuesto significará que los migrantes tendrán que trabajar más para pagarlos. Los expertos advierten que, si bien este impuesto resta ingresos a las familias, un punto porcentual no es una cifra que pueda causar problemas a los países que más dependen de las remesas, como El Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua, donde casi una cuarta parte de su producto interno bruto (PIB) proviene de los envíos de migrantes desde EUA. (eleconomista.net 14.07.25)