Estamos en “depresión económica”
La economía nicaragüense continúa su marcha atrás, con indicadores cayendo a niveles de hace tres y hasta cinco años, que se resumen en dos palabras lúgubres para definirla: “depresión económica”. Al concluir el 2020, el Producto Interno Bruto tendrá un descenso de -6.1%, que sumado al -4.0% de 2018, y el -3.9% de 2019, “nos da una caída acumulada, en los tres años, de 14.4%”, comparado con el PIB de 2017, señala el economista Néstor Avendaño, presidente de Consultores para el Desarrollo –Copades-. “El criterio técnico enseña que cuando se acumulan tres años consecutivos de caídas, podemos aseverar técnicamente que existe depresión económica”, explicó al ser entrevistado para el programa Esta Semana, que solamente se transmite en línea, debido a la censura televisiva ordenada por el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Al comparar con el desastre económico de los años 80, el experto asevera que la administración pública actual optó por una “crisis estructural de la depresión económica”, mientras que la de hace 40 años se decantó por una “crisis estructural de la deuda pública”. La diferencia entre ambas es que el costo de una crisis estructural de la depresión económica (como la actual) es el elevado desempleo, mientras la decisión de los años 80 se manifestó en una hiperinflación que llegó a los anales de la historia de la Economía mundial. El desempleo que se observa en la actualidad, viene encadenado con un aumento en los porcentajes de población que deben vivir en la pobreza. Comparando 2020, con los datos que arrojó la Encuesta de Medición de Nivel de Vida 2014 —la última avalada por el Banco Mundial— Avendaño confirma que se evaporó la reducción lograda en los años de bonanza logrados al amparo de la privatizada cooperación estatal venezolana. “Hemos retrocedido prácticamente seis años en el tema de la pobreza”, lamentó. El futuro cercano, el electoral año 2021, se presenta como un año de menor caída, pero siempre en terreno negativo: -1.2% según los cálculos de Avendaño y el equipo de economistas que le acompañan en Copades. Si la matanza indiscriminada de ciudadanos que demandaba democracia, libertad y justicia se entiende como la razón de la debacle económica de 2018, y la semicuarentena voluntaria explica el desplome de casi todas las variables económicas en 2020, la reforma tributaria, contra la que tronaron todos los economistas independientes, es el factor que explica el derrumbe de las empresas observado en 2019, y que persiste hasta el presente. “El efecto de la reforma tributaria… es que hay una menor recaudación, en términos reales, y eso lleva al déficit fiscal, que si en 2019 fue de 0.4% del PIB, este año se acerca al 1% del Producto Interno Bruto, lo que se manifiesta en un congelamiento del gasto, en términos reales”, detalló. Fuente: confidencial.com.ni